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TRATO ADECUADO A PERSONAS CON DISCAPACIDAD VISUAL

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La discapacidad visual se refiere a cualquier pérdida o alteración de la visión que puede afectar la capacidad de una persona para realizar actividades cotidianas, acceder a la información o interactuar con su entorno. La discapacidad visual puede variar en grado y tipo, desde una visión borrosa o dificultad para ver en la oscuridad hasta la ceguera total. Algunas personas pueden tener una discapacidad visual congénita, mientras que otras pueden adquirirla debido a enfermedades, lesiones o envejecimiento.

La discapacidad visual puede ser clasificada en diferentes categorías, como baja visión, deficiencia visual severa o ceguera total. La baja visión se refiere a una visión que es inferior a la normal, pero que aún permite realizar algunas tareas visuales. La deficiencia visual severa se refiere a una visión muy limitada, que requiere el uso de herramientas y ayudas técnicas para realizar tareas cotidianas. La ceguera total se refiere a la pérdida completa de la visión.

En este contexto, cuando se habla de trato adecuado a personas con discapacidad visual se refiere a la forma en que se interactúa y se proporciona apoyo a individuos con discapacidad visual, garantizando su dignidad, autonomía y acceso igualitario a oportunidades y recursos.

Cuando hablamos de trato adecuado, se pueden mencionar pilares fundamentales como la buena comunicación, la interacción social y la accesibilidad espacial; para abordar estos puntos, es necesario partir por cómo guiar correctamente a una persona con discapacidad visual.

Consejos para guiar correctamente a una persona con discapacidad visual:

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  • Ofrecer el brazo: Ofrecer el brazo para que la persona lo tome, en lugar de tomarla del brazo.
  • Camina al lado: Caminar al lado de la persona, no delante ni detrás. •
  • Describir el camino: Describir el camino, indicando giros, escaleras, puertas, etc.
  • Advertir obstáculos: Advertir sobre obstáculos, como sillas, mesas, alfombras, etc.
  • No empujar ni tirar: No empujar ni tirar de la persona, permitir que ella establezca el ritmo.

MATERIAL PROVISTO POR LA UNPDV

La discapacidad visual no define a la persona, y es importante reconocer que cada individuo tiene sus propias necesidades, habilidades y experiencias únicas.

Al brindar un trato respetuoso, accesible y adaptado a las necesidades individuales, podemos ayudar a las personas con discapacidad visual a superar barreras y a alcanzar su máximo potencial, garantizando así su plena participación y equidad en la sociedad.

Comunicación:

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  • No sustituir el lenguaje verbal por gestos, pues estos, en muchos casos, no podrán ser percibidos por la otra persona.
  • Ser específico y precisos en el mensaje, a fin de no confundir o saturar a la persona.
  • No utilizar palabras como «aquí», «allí», «esto», «aquello»… ya que van acompañadas con gestos que no pueden verse por la persona. En estas situaciones es preferible utilizar términos más orientativos como «a izquierda de la mesa», «a tu derecha», «delante de la puerta», «detrás de ti». En ocasiones, puede ser también útil conducir la mano de la persona hacia el objeto e indicarle de lo que se trata, siempre con previo aviso.
  • Utilizar normalmente las palabras «ver», «mirar», etc.; no considerarlas como términos tabú pues las propias personas con ceguera y deficiencia visual las utilizan normalmente en sus conversaciones.
  • Evitar exclamaciones que pueden provocar ansiedad a la persona tales como «¡ay!», «¡ay!», «cuidado», etc., cuando veamos un peligro para ella (una puerta abierta, un obstáculo en la acera, etc.). Es preferible emplear una exclamación más informativa, como «alto», con el fin de evitar que siga avanzando y explicarle después, verbalmente, el peligro o ayudarle para que pueda evitarlo.
  • Hablar en un tono normal, despacio y claro. No gritar o elevar la voz, las personas con deficiencia visual, en general, oyen perfectamente.

Interacción social:

  • Dirigirse directamente a la persona con deficiencia visual para saber lo que quiere o desea y no al acompañante.
  • Utilizar el nombre de la persona, si se conoce, para que tenga claro que nos dirigimos a él.
  • Presentarse, identificarse con el fin de que la persona sepa con quien se encuentra, por lo que deberemos decirles nuestro nombre e indicarles, si procede, quienes somos o lo que hacemos. Y por supuesto, en caso de conocer a la persona no jugar a las adivinanzas, ¿quién soy?
  • Para saludar, si la persona no extiende la mano, podemos tomar la suya para hacerle saber que queremos saludarle.
  • Avisar a la persona cuando nos vamos o abandonamos la habitación, de lo contrario puede dirigirse a nosotros pensamos que aún permanecemos
    con ella. Igualmente, si regresamos es conveniente indicarle nuestra vuelta.
  • Indicarle si hay otra u otras personas presentes.
  • Comunicar, si es necesario, que se está haciendo o se va a hacer. «Un momento, estoy llamando al encargado»… La vista es un sentido primordial para obtener información. Cuando entramos en un edificio, esperamos para obtener una información o un servicio, etc., no necesitamos en general una información verbal para saber si se nos atiende o se nos ha visto e incluso si hay alguien a quien dirigirnos, esto no sucede cuando se tiene una deficiencia visual, se requiere información verbal extra.
  • No forzar a recibir una ayuda no necesaria, en muchos casos cuando una persona solicita una ayuda puntual (cruzar una calle, el nº del autobús que se acerca, etc.) nos empeñamos en imponer nuestra ayuda más allá de lo que la persona necesita.

Accesibilidad espacial:

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  • Mantener un entorno ordenado. Cuando se conoce la ubicación de las cosas es más fácil encontrarlas y disminuye el riesgo de golpes o choques fortuitos con ellas, por lo tanto, es recomendable que todos los objetos se mantengan en el orden habitual, y, si se altera, informar de ello.
  • Describir siempre, de ser posible el espacio físico en el que la persona con deficiencia visual interactuará, de modo a que pueda crearse un mapa mental de su entorno.
  • Indicar de manera precisa la ubicación de los objetos o si hubiere obstáculos alrededor de la persona (La silla se encuentra a tu derecha, escalón hacia arriba, giramos a la izquierda, etc.).
  • Para prevenir, además, los golpes o accidentes con objetos que, por su localización o situación no habitual o por ser inesperados, se convierten en obstáculos peligrosos para la persona con ceguera o deficiencia visual, es aconsejable seguir las siguientes recomendaciones:
  • Puertas y ventanas: deberán estar totalmente abiertas o totalmente cerradas.
  • Sillas: deberán estar colocadas debajo de las mesas o bien pegadas a la pared, nunca dispersar por la habitación.
  • Armarios o cajones: las puertas de los armarios deberán igualmente estar cerradas, al igual que los cajones.
  • Contraste: las personas con resto visual, se pueden beneficiar, además, si al ofrecerles las cosas o indicarles su situación, utilizamos fondos que presenten un gran contraste con ellos.
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Material provisto por la Unión Nacional de Personas con Discapacidad Visual.

Lic. Alisson Mendoza

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Esta convocatoria responde a la necesidad de impulsar y promover la reflexión y la escritura sobre las artes visuales a nivel local; al tiempo de presentar la 11ª Edición de Noche de Galerías, organizada anualmente por ASGAPA.

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